Una historia muy interesante, me ha gustado sobre todo el estilo, pero no se si la entendí bien del todo, la verdad es que hoy no me encuentro muy católica (como diría mi madre)será que estoy ovulando, pero nos ponemos tan guapas estos días ¿no? Pronto llegará el tobogan hormonal ¡cuidado!
Claro querida, ¿a quién no le gusta que le ofrezcan de vez en cuando un buen vaso de agua con bien de jabón? Regurjito y vuelvo a empezar. En eso consiste.
supongo te ayudará saber que "le monde diplomatique" publica a primera página este mes de mayo lo siguiente: "a diferencia de las sociedades disciplinarias que confinaban a los rebeldes o descarriados en lugares cerrados (cárcel, reformatorio, manicomio), la sociedad de control (la de ahora vamos) encierra a los sospechosos (o sea, a casi todos los ciudadanos) al aire libre y los mantiene al acecho constante.
El propietario del tocador de señoras, era paciente del Dr. Sugrañes y es el que nos puede dar una pista. "quien no ha tenido como yo el privilegio de pasar buena parte de su vida en un manicomio tal vez ignore esta gran verdad: que todos los que allí encerrados perciben claramente la locura de los demás, pero ninguno la propia.
Una historia muy interesante, me ha gustado sobre todo el estilo, pero no se si la entendí bien del todo, la verdad es que hoy no me encuentro muy católica (como diría mi madre)será que estoy ovulando, pero nos ponemos tan guapas estos días ¿no?
ResponderEliminarPronto llegará el tobogan hormonal ¡cuidado!
Claro querida, ¿a quién no le gusta que le ofrezcan de vez en cuando un buen vaso de agua con bien de jabón?
ResponderEliminarRegurjito y vuelvo a empezar.
En eso consiste.
supongo te ayudará saber que "le monde diplomatique" publica a primera página este mes de mayo lo siguiente: "a diferencia de las sociedades disciplinarias que confinaban a los rebeldes o descarriados en lugares cerrados (cárcel, reformatorio, manicomio), la sociedad de control (la de ahora vamos) encierra a los sospechosos (o sea, a casi todos los ciudadanos) al aire libre y los mantiene al acecho constante.
ResponderEliminarEl propietario del tocador de señoras, era paciente del Dr. Sugrañes y es el que nos puede dar una pista. "quien no ha tenido como yo el privilegio de pasar buena parte de su vida en un manicomio tal vez ignore esta gran verdad: que todos los que allí encerrados perciben claramente la locura de los demás, pero ninguno la propia.
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